
Alcaldes cómplices de la inseguridad
La privación ilegal de la libertad de un ganadero y su empleado en el municipio Huejúcar, ubicado en el norte del estado, el plagio y asesinato de tres jóvenes, dos mujeres y un hombre vecinos de Colotlán, también de la misma zona, el secuestro y desaparición del exalcalde de Mezquitic, son solo algunos casos mediáticos que se han podido conocer en los últimos tiempos en aquella región, abandonado, y mal atendido por sus propios alcaldes.
La inseguridad en aquella desolada región, entreverada con el estado de Zacatecas, donde la inseguridad está en todo su esplendor por la guerra que llevan a cabo dos grupos delictivos, toca a los municipios de Jalisco de la región Norte, que están más cerca de Zacatecas que de Jalisco.
La inseguridad en estos municipios es latente, y no solo se trata de desaparecidos y estos homicidios, el solo hecho de ser vecinos del estado de Zacatecas que vive en guerra, ocasiona el sentimiento de abandono, de fragilidad y de convertirse en víctima en cualquier momento.
Pero no solo el estado es responsable al no inundar de policías esta región para darles el apoyo, o la federación que mal distribuye sus guardias nacionales o militares, también los alcaldes y los jefes de policía municipal son responsables directos. Está bien que se digan rebasados, está bien que digan que no les corresponde actuar ante estos grupos, pero sí es su responsabilidad directa dar seguridad a sus ciudadanos, protegerlos, arroparlos y denunciar ante quien sea necesario, exigir ayuda, y lograrla, no solo meter la cabeza en la tierra, cual avestruz. Ellos se deben de llevar en la conciencia estas muertes, estas desapariciones, esta inseguridad en la que se convierten en cómplices, con su silencio, con su omisión.